Bush con el voto cubanoamericano en vilo

2004-06-01
WORLD DATA SERVICE, 31/5/2004.- Todos los expertos en Estados Unidos parecen coincidir en que las nuevas acciones anticubanas de la Casa Blanca están destinadas a asegurar el voto cubanoamericano para el presidente, George W. Bush, en las próximas elecciones de noviembre pero existen evidencias cada vez más concretas de que ese tiro puede salir por la culata del arma que Bush apunta contra la Isla.
Uno de los amigos de Bush en el estado de la Florida -y también en Washington- el representante estadounidense nacido en Cuba Lincoln Díaz-Balart se apresuró a agradecer públicamente al mandatario republicano sus nuevas medidas contra Cuba, especialmente una de corte militar, la de usar un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos para lanzar en pleno vuelo frente a las costas cubanas emisiones de televisión contra el gobierno isleño.
Pero hasta el momento ese legislador considerado como un extremista anticastrista que ha llegado a pedir incluso el magnicidio contra Castro, parece haber quedado aislado -junto a unas pocas voces públicas más- en su respaldo incondicional a Bush, a quien ha llamado como "nuestro mejor amigo".
En momentos en que los sondeos electorales cercan al Presidente y reflejan la posibilidad de que este pierda frente al demócrata John Kerry los comicios presidenciales de noviembre próximo, las dudas también crecen en la Florida sobre si el paquete de medidas anticubanas tendrá el efecto, en votos cubanoamericanos, que desea el inquilino de la Casa Blanca.
Debe recordarse que cuando la administración Bush en 2002 y 2003 estaba muy ocupada preparando y desarrollando su funesta "guerra antiterrorista" con las invasiones a Afganistán e Iraq, los cubanoamericanos más extremistas en Miami y Washington lo acusaron -con la palabra cruda- de traidor "a la causa cubana".
El propio Díaz Balart exigió entonces del presidente una medida que terminara "de una vez por todas con el problema cubano", y los seguidores de políticas "duras" contra Cuba reclamaron incluso una agresión militar al país caribeño.
Pensando quizá que nunca es tarde, Bush aprobó este mes un reporte de más de 400 páginas contra Cuba, cuyas medidas principales, según lo previsto, serán aplicadas desde mañana 1ro. de junio.
La reacción de la emigración cubanoamericana, sin embargo, no ha sido ni mucho menos unida en torno a Bush.
De acuerdo con el diario The Miami Herald, de esa ciudad floridana, "la aprobación de Bush a los partidarios de la línea dura en la comunidad exiliada (con) mayores restricciones en los viajes a la isla y limitaciones en cuanto a los que reciben ayuda monetaria de sus familiares estadounidenses, ha desatado enfrentamientos cargados de emoción entre los cubanoamericanos que todavía tienen familiares en Cuba y entre algunos exiliados que consideran que los cambios sólo pueden provenir del interior de la isla"
De acuerdo con ese rotativo ello "ha conducido a que algunos señalen que manejando su base conservadora, el Presidente pudiera entregarle a su rival demócrata John Kerry una apertura en un estado que decidió la presidencia en el 2000 por solamente 537 votos".
La reacción cubanoamericana contra las medidas de Bush ha tenido un in crescendo claro a partir de anuncios de protestas convocadas por organizaciones -cubanoamericanas y norteamericanas- que desean un mejor trato a la Isla y no tales agresiones contra la población isleña.
"Enfurecidos por las restricciones, varios grupos de exiliados cubanoamericanos han comenzado a recopilar firmas a fin de pedirle a la administración que levante las medidas. Otros están planificando una campaña de inscripción de votantes destinada a registrar a los nuevos ciudadanos --aquéllos que tienen más probabilidades de resultar afectados por los cambios", dijo el periódico en cuestión.
"Fue una medida potencialmente peligrosa para un candidato que necesita el 80 por ciento del voto cubano'', citó el diario mencionado a Sergio Bendixen, descrito como un encuestador demócrata que estima que cerca de la mitad de todos los cubanoamericanos y 25 por ciento de los votantes cubanoamericanos envían dinero a sus familiares en la isla.
Paralelamente en Washington un grupo de legisladores demócratas y republicanos han lanzado otro proyecto de resolución en el congreso el cual, de ser aprobado, será un golpe demoledor, a mediano plazo, contra el bloqueo. La presentación de esa moción ha sido explicada por Max Baucus, Senador demócrata y uno de sus promotores, como una reacción contra las nuevas medidas anticubanas de la Casa Blanca. RL/FM
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